Estamos
apegados a nuestros pensamientos, a nuestras emociones, a nuestro cuerpo
físico, nos identificamos con ellos, creemos que somos ellos. Cuando nos
iniciamos en la búsqueda de la verdad, el trabajo ha de centrarse en
desapegarnos, en deconstruir todos estos conceptos.
Los
pensamientos nos llevan sin permiso de paseo, en realidad son ellos los que se
han hecho dueños de nuestra vida y precisamente
el paseo por donde nos llevan no suele ser agradable. Por ello es importante
observar nuestros pensamientos y no apegarnos a ellos, ni a los positivos, ni a
los negativos. No intentes alterar el estado natural de la mente.
Obsérvala sin
ningún esfuerzo. No hagas nada, sólo observa.
Hoy
en día en nuestros hogares tenemos casi todos presente una imagen de Buda, esta
imagen evoca un sentimiento de quietud y de conciencia de no acción. La
iluminación, a fin de cuentas, consiste en transcender todo el sistema de creencias
y toda actividad estúpida.
Una
vez iniciada esta búsqueda puede llegar a parecer interminable y agónica,
buscamos, buscamos y requete buscamos y
por debajo, en nuestro interior tenemos la sensación de seguir sintiéndonos
separados del Universo, de lo divino. Así es como descubrimos nuestro vacío
interior.
Nuestras
vidas están tan orientadas hacia el mundo exterior, que hemos olvidado que
también poseemos un mundo interior, mucho más amplio e interesante que ese
hacia el que estamos constantemente asomados. No hay nada fuera de nosotros que
pueda proporcionarnos verdadera satisfacción (ni maestros, ni a una pareja, ni nada material).
Entonces
¿hacia dónde podemos dirigir esta búsqueda?
Esta
misma pregunta se la hizo Buda y fue la que le condujo al camino del despertar.
Lo
importante, para despertar a la Verdad es no perderse en el mundo de las
ilusiones que ofrece el mundo (trabajo, relaciones, nuestros logros, etc).
Difícil ¿verdad? Ya que estamos perdidos de tanto soñar despiertos.
Nuestra
imagen es el papel más importante que interpretamos. No tenemos que olvidar que
es sólo un papel, una identidad virtual. Realmente la primera pregunta para un
buscador sería ¿Quién soy yo?, para
descubrir que no sabemos quiénes somos. Nos
cuesta mucho reconocer que no sabemos quiénes somos, así que fingimos que si
que lo sabemos y esta osadía nos sale muy cara.
Así
que el propósito de la meditación es preguntarse a uno mismo ¿quién soy yo?,
una y otra vez. Hemos de ir poco a poco eliminando todas las capas de nuestra autoimagen.
No
te identifiques con tu cuerpo, tienes un cuerpo, tú no eres tu cuerpo; no te identifiques con tu
profesión, no eres médico, te dedicas a la medicina; no eres el marido o la mujer de Pepito o
Pepita, estas compartiendo tu vida con ellos; no te identifiques con tu ropa,
no eres unos trapitos de marca o sin ella con los que identificarse.
Transciende todas estas ideas con las
que hasta ahora te estas identificando, deja de alimentar a tu falso yo.
Todo
empieza por liberarse de los pensamientos y creencias sobre uno mismo. Así,
poco a poco, empezamos a romper ese muro de ladrillos conceptuales con el que
hemos construido el personaje ilusorio del yo, que es lo que nos produce esa
sensación de separación.
Entonces
puedes observar que cuando nuestra identidad se ve amenazada tendemos a sentir
miedo, angustia, fragilidad, inseguridad… Pero también podemos verlo desde otra
perspectiva, es una oportunidad de cambiar nuestra vida, de ir descubriendo la
verdad.
No
estoy descubriendo nada nuevo, no soy tan lumbreras e innovadora, esta es una
sabiduría inmortal que trabaja las filosofías perennes. Y hasta que no seamos
capaces de ir deconstruyendo esta falsa e ilusoria identidad del yo, no iremos
muy lejos en la búsqueda.
Cuando
descubrimos que más allá de este personaje y de este mundo virtual existe algo
más, algo increíblemente elevado, pleno y bello, entonces nuestra búsqueda
habrá concluido.
Recuerda
que el ego se ha convertido en un amo astuto y siempre busca la forma de
mantenernos esclavizados en la ignorancia, a través del poder, de la rigidez
mental, del querer tener razón, de las relaciones, de los logros, del aspecto
físico... Nuestra mente egóica sólo quiere tomar todo aquello que desea, su sed
es insaciable y a nosotros nos genera cada vez más y más vacío.
Descubre
estas mentiras que te dices a ti mismo, que te dicen los demás y poco a poco
irás descubriendo la verdad.
Muchos
se quedan en el camino ya que una parte de nosotros se resiste a morir. Esto lo
he experimentado en un par de ocasiones cuando he sentido que “una puerta” se
abría para mostrarme esta Verdad tan ansiada y he reculado, no me sentía
preparada para dar ese salto y dejar
morir mi falsa identidad.
Si
lo sé, es contradictorio, busca que te busca y cuando se presente la ocasión
salgo por patas. Así de fuerte y poderoso es el ego, así de fuertes y poderosas son las creencias que dirigen nuestras vidas desde el inconsciente.
Lo
importante, es ir desmantelando poco a poco todas estas creencias, las emociones condicionantes e ir logrando construirnos como seres cada vez más libres. Así cuando
se presente de nuevo la ocasión seamo más libres de todas estas limitaciones y condicionantes y de reconocer nuestra verdadera esencia, la Verdad de lo que realmente somos.
Lourdes Morales Mesa
Professional Certified Coach-PCC
Personal, Executive & Leadership Coaching
Personal, Executive & Leadership Coaching
Consultora Cabalista
"Yo no puedo enseñaros nada, sólo puedo ayudaros a encontrar el conocimiento en vosotros mismos, lo cual es mucho mejor que traspasaros mi poca sabiduría."
Sócrates
Sócrates
Sabiduría en estado puro, magnífico.Pruden
ResponderEliminarMuchas gracias Pruden.
EliminarMuy interesante. Gracias
ResponderEliminarTe adoro , gracias por compartir💜
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