“En la búsqueda del aprendizaje, cada día se consigue algo. En la búsqueda del TAO, cada día se deja algo.”
Lao-Tsu
La leyenda del Ave Fénix
El mito universal
del ave que renace de sus propias cenizas.
La leyenda del Ave Fénix relata la historia de un ave capaz de renacer de sus propias cenizas. Es un símbolo universal de la muerte generada por el fuego, la resurrección, la inmortalidad y el sol. También representa la de delicadeza ya que vive solo del rocío sin lastimar a ninguna criatura viviente.
Como se trata de una historia ampliamente difundida, aparece con diferentes
versiones en tradiciones distantes en el espacio geográfico. En China, que toma
el nombre de Feng representa a la emperatriz y junto al dragón,
simboliza la confraternidad inseparable.
En Heliópolis (Egipto), le dedicaron un templo donde volvía cada 500 años
para morir y renacer ya que este es su principal papel, renacer y crearse a sí
mismo.
En la India, aparece una versión local de mito del Fénix: se trata de
un ave que al alcanzar 500 años de vida se inmola en vísperas de la primavera
en un altar que ha sido especialmente preparado para tal fin por un sacerdote.
Pero es la misma ave la que enciende el fuego. Al día siguiente, entre las
cenizas, una larva aparece que luego se transforma en un pequeño pájaro. En la
tercera jornada, otra vez puede reconocerse al Fénix que regresa a su lugar de
origen.
Forma parte del simbolismo de la alquimia, por el renacimiento a través del
fuego. En efecto, esta ave mitológica, en la leyenda medieval del Fénix, vive
en Arabia, pero vuela a Egipto el hogar de la alquimia, para sufrir su muerte
ritual y regeneración. En esta versión, se trata de un ave púrpura o roja que
al envejecer construye una pira de madera y especias para arrojarse en su
interior. Los rayos del sol encienden el fuego y el pájaro aviva la llama
utilizando sus alas hasta consumirse en su totalidad. Luego, un nuevo Fénix
nace de las cenizas dejadas por el fuego.
Y finalmente, para los primeros cristianos, simbolizaba a Cristo, siendo alegoría
de su muerte y resurrección.
Muchos de los relatos mitológicos nos narran y hablan del universo, del
origen del mundo, de los fenómenos naturales y de cualquier otra cosa para la
que no haya una explicación simple.
Todos llevamos dentro este Ave Fénix, todos estamos llamados a este morir y
renacer en nuestras vidas.
Morir.
Morir entendido como dejar de ser.
Morir al sufrimiento. Morir al ego que nos esclaviza. Morir a todos
aquellos apegos que nos impiden experimentar nuestra libertad personal. Morir a
todas nuestras creencias limitantes. Morir a nuestros miedos irracionales y
sentimientos de culpa. Morir a nuestra negatividad, a nuestra vergüenza, a
nuestra resignación. Morir a todos los comportamientos que nos alejan de
nuestros sueños.
Morir, morir y morir…para renacer.
Cuando una persona se ha acostumbrado a vivir atrapada en una personalidad
determinada, también ha quedado recluida a vivir en una especie de caja, una
verdadera prisión.
Renacer.
Sí, renacer para reinventarnos. Para reprogramar la ruta hacia nuestros
sueños, hacia una vida plena. Renacer para conectarnos con lo que nos motiva,
nos ilusiona y nos hace ser y estar positivos en la vida. Para aprender a
perdonarnos. Para conectar con nuestra capacidad de escucha, de autodominio, de
sabiduría interior, de liderazgo, de coraje, de compasión, de sentido del
humor, de alegría, de serenidad, de libertad, de creatividad y de amor…
Renacer para despertar y desvelar finalmente aquello que realmente somos.
Reinventarse.
Cuando dejamos de identificarnos con el personaje que nos hemos
creado, con la definición que hemos hecho de nosotros mismos, podemos acceder a
nuevas posibilidades para nosotros y nuestras vidas.
El ir trascendiendo nuestra identidad, nuestro ego, nos permite
tener una experiencia totalmente diferente de nosotros mismos y de la realidad.
Imagina tu vida como una película, sal del personaje que crees ser. Sitúate como
espectador y observa esa película, contempla. Así es nuestra vida, nos hemos
creado un personaje, una historia personal y nos ahora nos sentimos seres
limitados, atrapados en una vida que no entendemos. Transciende el personaje,
contempla con serenidad y ecuanimidad sea lo que sea que ves en la pantalla.
Las posibilidades se abren cuando uno despierta a su verdadera naturaleza. Eres
mucho más que tus pensamientos, tus opiniones, tus valoraciones, tus emociones
y tus comportamientos… pregúntate una y otra vez ¿quién soy yo?
Tal vez el guión ya está escrito, pero la libertad la encontramos
en cómo vivimos aquello que nos ocurre y qué hacemos con nuestras experiencias.
Lo más importante es hacerte preguntas que te permitan explorar
cosas que previamente ni te habías planteado. Einstein, decía que la clave no
es encontrar respuestas a viejas preguntas, sino hacernos nuevas preguntas,
preguntas que nunca antes nos hayamos formulado.
Cambiemos nuestras resistencias o resignaciones por aceptación, aprendizajes nuevos y
agradecimiento.
lourdes.coachpersonal@live.com
Lourdes Morales
Professional Certified Coach-PCC
Personal, Executive & Team Coaching
Personal, Executive & Team Coaching
Consultora Cabalista
Transcender el ego, en eso estamos, pasito a pasito cada día poniendo atención. Y que duda cabe que lecturas como esta, ayudan.Gracias.
ResponderEliminarPruden
Gracias Pruden, ese es el camino. Un abrazo.
Eliminar¡Muchas gracias! Me ha servido mucho
ResponderEliminarJusto ando en eso y vos lo decis tan clara y sabiamente. Qué loco cuanta gente anda en mi camino! Gracias :)
ResponderEliminarGracias :)
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