23 sept 2013

RELACIONES SANAS



Llevo tiempo observando para ver si soy capaz de extraer y plasmar  los ingredientes que hacen que una relación funcione y crezca. Cuando hablo de relación no lo centro sólo en la pareja, sino también de relaciones de amistad, laborales y familiares. Voy a exponer mis conclusiones que nacen de mi propia experiencia, no puedo hablar desde otra perspectiva que no sea la vivida por mí, así que seguramente otras personas tengan otras variables válidas que no aparecen reflejadas en este post.
Lo primero  y  conditio sine qua non  es amarse a uno mismo. Crear una buena relación con uno mismo es fundamental para poder desarrollar cualquier relación.  De no ser así te vas a estar relacionando desde la necesidad y la carencia, queriendo que sea el otro el que llene ese vacío que sientes interiormente y que no eres capaz de llenar por ti mismo. Mímate. No te maltrates ni de palabra, ni de hecho, has de ser siempre tu mejor fan, tu mejor amigo/a, tu mejor mentor/a.

No tienes que demostrar nada a nadie, ni siquiera a ti mismo/a. Cree en ti y el mundo creerá en ti. Recuerda que la vida nos trata según nos tratamos a nosotros mismos.
 
En segundo lugar sería amar al otro. Y el otro puede ser tu jefe, tu hijo, tu pareja, tu madre... ¿Cómo los amo? Los ingredientes serían:

1.- CONFIANZA.
La confianza es la seguridad o esperanza firme que alguien tiene de otro individuo o de algo. Cuando puedes expresar tu verdad, cuando escuchas activamente lo que el otro quiere comunicarme. Las mentiras y engaños equivalen a emponzoñarse el alma.
 
2.- HONESTIDAD.
Desde un punto de vista filosófico es una cualidad humana que consiste en actuar de acuerdo con cómo se piensa y se siente. La honestidad crea cercanía y conexión con el otro. Atención, ya que a veces se confunde  ser honesto con vomitar al otro el cómo me siento, haciéndole responsable de ese sentir. Tienes que hacerte responsable y dueño de tus sentimientos y de aprender a  comunicarlo de manera asertiva.

 3.- RESPETO Y ACEPTACIÓN.
El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento de él mismo como entidad única y en saber valorar los intereses y necesidades de otros individuos. El respeto abarca el tiempo del otro, su espacio, las elecciones y decisiones de la otra persona.
La aceptación del otro tal cual es, es la propia aceptación de ti mismo, todo lo que no te gusta del otro, esta relacionado con algo que tienes que sanar o aceptar en ti y ahí tienes la gran oportunidad. Una vez que aceptas las limitaciones del otro, es una danza entre dos formas.
En ocasiones también creemos de manera  errónea que si alguien realmente nos ama o nos valora se debe adaptar a nuestros criterios y satisfacer nuestras necesidades, esto se trata de una idea infantil que debemos desechar si queremos apostar por una relación madura y sana.

4.- IGUALDAD.  Nunca te creas superior a nadie, ni tampoco inferior. Dale a cada persona su sitio. 
Somos seres libres que podemos elegir, nadie nos obliga a seguir cargando con aquello que no funciona en nuestras vidas.  Debemos fijarnos que estamos eligiendo en todo momento y hacernos dueños de nuestras elecciones, pero nunca responsabilizar a otros.

Amate a ti mismo, hazte responsable de tus elecciones, aprende a generar confianza, sé honesto contigo mismo y con los demás, respeta a todos y siente que en esencia todos somos iguales. Estos son algunos de los ingredientes que hacen que las relaciones crezcan sanas.
"SOY COMPLETAMENTE AMADO.
SOY COMPLETAMENTE DIGNO DE AMOR."
 

LOURDES MORALES

Personal, Executive & Team Coach

4 sept 2013

AFRONTANDO LAS DIFICULTADES.



Hay momentos en nuestras vidas en los que nos sentimos muy felices y en los que sentimos que todo está abierto para nosotros, es como si entráramos en una habitación, una enorme habitación llena de felicidad y realización. También existen momentos en los que nos sentimos en callejones sin salida, como si todas las puertas frente a nosotros estuvieran cerradas y todo estuviera saliendo mal.

Cuando nos encontramos ante situaciones difíciles en nuestra vida, lugares en los que nos sentimos completamente bloqueados, nuestro reacción es querer darle la vuelta o encontrar una vía de escape a esa situación. Lo que no entendemos en esos momentos es que cada desafío aparece para que aprendamos algo nuevo de nosotros, de la vida, de los demás, para que crezcamos y nos superemos a nosotros mismos. Sólo afrontando un desafío encontraremos las bendiciones.

Ningún reto es igual. Ninguna duda es la misma. Cada desafío es único y perfecto para aprender lo que necesitamos en este momento, lo que nuestro alma necesita ahora, lo que tu vida necesita para crecer y no estancarse. Todos estos desafíos fueron perfectamente creados para darnos la oportunidad de  transformarnos en seres más fuertes, más amorosos, más compasivos, para vivir la vida que realmente deseamos vivir y llegar a ser las personas que queremos ser. 

Cuando dejas pasar un desafío el día de hoy, encontrarás otro pronto, pero será uno diferente y habrás perdido una oportunidad de transformarte, de conocerte mejor, de crecer. Cada uno de nosotros tenemos  a lo largo de nuestra vida cierta cantidad de experiencias difíciles, retadoras, desafiantes que debemos experimentar y no es sino hasta después de afrontarlo con valentía cuando sabes que eres más fuerte de lo que pensabas antes de atravesarlo, que tienes mayor capacidad de compasión y amor hacia ti mismo y hacia los demás. Vinimos a este mundo no sólo para caminar alrededor de ese bloqueo y ese desafío, sino para impulsarnos cuando se vuelva difícil.

En un nivel más profundo y global, cada vez que transformamos una situación difícil en una experiencia de superación, damos a otros la misma habilidad, ya que hemos abierto una posibilidad para la humanidad y no sólo para nosotros.

Cuando miremos nuestra vida y nos encontremos con estos retos tenemos que saber que tienen la finalidad de manifestar que somos mucho más de lo que pensamos, que tenemos mucha más fortaleza y capacidad para superar las dificultades que se nos presentan en la vida. Así que no evadas una duda. No evites un reto. No evites una dificultad. Enfréntalos. Tienes la fuerza para poder atravesarla.

Dedico este post a mi amiga Ana I. que ha atravesado un gran desafío en su vida y ha salido victoriosa, justo cuando las circunstancias en su entorno le añadían un plus de dolor a su desafío personal. Ana, eres toda una guerrera.

 

Ahora entiendo que puedo conocer el amor,

comprendiendo el dolor.”


LOURDES MORALES
Personal, Executive & Team Coach