No me cansaré de repetir lo importante que es para crecer personalmente el volvernos seres conscientes. En todos los post de este blog siempre he mantenido este implícito, sé, siente, piensa de manera consciente.
La manera habitual del ser humano es la de actuar, sentir, pensar y comunicarse de forma automática y esto lo convierte en víctima de sus propias reacciones ante estímulos externos e internos, intoxicando las relaciones y produciendo resultados desastrosos.
Hoy voy a escribir sobre tres actitudes inconscientes típicas que se dan tanto en las relaciones personales como en las organizaciones:
- La víctima: Los que se comportan así creen que sus problemas siempre son causados por terceros o circunstancias externas. Ellos piensan que no tienen ninguna influencia para poder prevenir los problemas que surgen y por lo tanto tampoco nada para afrontarlos.
Como este es su argumento, no se siente culpable y esto les tranquiliza, evitando que tomen responsabilidad de lo que ocurre en su vida. Pero esto a largo plazo esto se convierte en un sentimiento desagradable de resignación y resentimiento.
Viven en un constante estado de irritación y de superioridad moral tratando a los que les rodean con acusaciones y exigencias airadas.
Para ellos la vida siempre es injusta.
No son conscientes del poder que están otorgando a los otros, ya que al no quererse ver como parte del problema, no asumen ninguna responsabilidad, ni contribuyen a ser parte de la solución.
Siempre, siempre, ante los hechos que ocurren en nuestra vida tenemos la capacidad de verlo desde nuevas perspectivas y modificar la forma de ver aquello que nos afecta y esa es nuestra gran responsabilidad.
Cómo sanar esta actitud, asumiendo cuotas de responsabilidad.
- El aprovechado: Siempre orientado a su propia gratificación, sin preocuparse nunca por el bienestar de los otros. Esta actitud le hace ver a las otras personas como un medio para conseguir sus propósitos.
Son personas egoístas cuyo objetivo es lograr la máxima recompensa a cambio de la mínima entrega personal. No son capaces de ver su apego al éxito por encima de todo, lo que a largo plazo les causa sufrimiento, ansiedad, temor, frustración y depresión.
Cómo sanar esta actitud, siendo íntegro y cooperando con los demás.
- El soberbio: Creen que están en posesión de la verdad. Tienen la creencia de que sólo es válido su punto de vista y que otra opinión diferente está equivocada. Normalmente confunden sus opiniones personales con la verdad objetiva y creen que su experiencia define la realidad.
Es el clásico sabelotodo, que siempre está dando lecciones de cómo son las cosas, cómo deberían ser y deberían hacer todas las personas. No sabe escuchar.
Su autoestima depende de tener razón. La imagen de si mismo es muy frágil y se hace añicos cuando se ve obligado a reconocer un error.
Cómo sanar esta actitud, practicando la humildad.
Estas tres actitudes inconscientes crean relaciones tóxicas y perversas, tanto a nivel personal como a nivel organizacional.
Si te sientes víctima de otros o de las circunstancias, si no actúas integramente y no cooperas con los demás o si no das valor a las opiniones de los otros y te sientes que siempre tienes la razón, TOMA CONCIENCIA de la toxicidad de tu actitud y cambia. Este es el grano de arena que puedes aportar para mejorar la salud de tus relaciones y en la organización donde te desarrollas profesionalmente. El cambio empieza por ti.
"¡SÉ EL CAMBIO QUE QUIERES VER EN EL MUNDO!"
GANDHI.
"¡SÉ EL CAMBIO QUE QUIERES VER EN EL MUNDO!"
GANDHI.
LOURDES MORALES
CO-ACTIVE COACH, CPCC
Desarrollo Personal, Profesional y de Equipos.
una verdad como un templo... gracias Lourdes por este nuevo regalo, que al menos a mi me mantiene pensando en estas cosas e intentando mejorar día a día...
ResponderEliminarGracias Juan, espero que te vaya todo muy bien.
ResponderEliminarGran regalo. No dejes de hacernoslo cada lunes! Gracias
ResponderEliminarGracias anónimo espero seguir publicando por mucho tiempo.
EliminarGracias anónimo espero seguir publicando por mucho tiempo.
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