26 ene 2014

DISPONTE A DAR PARA RECIBIR


Cualquier experiencia que nos sucede es una oportunidad de aprendizaje y de superación personal.
Todo lo que se origina en nuestro mundo externo es un reflejo de nuestro mundo interno. El Universo es mental, todo es mente, por lo tanto nuestros pensamientos crean nuestra realidad. Como creemos lo contrario erróneamente intentamos modificar lo  que pasa fuera para encontrar la paz interior o la plenitud, cosa que no ocurrirá. Cámbiate de casa, de país, de pareja, de corte de pelo, cómprate ropa nueva y te garantizo que pronto seguirás sintiendo el mismo vacío interior.
La propuesta es hacerlo a la inversa, olvídate del mundo externo, de lo que pasa fuera y observa tu mundo interno, qué te pasa realmente a ti.


¿Eres capaz de reconocer cómo te sientes? ¿Eres capaz de gestionar tus emociones?

Lo que pasa dentro de nosotros debería estar dentro de nuestra zona de influencia, tendríamos que saber auto gestionarnos, tener el auto dominio y entender que lo que pasa fuera está dentro de nuestra zona de preocupación, por lo tanto, fuera de nuestro control, no depende de nosotros. Tenemos que cambiar el foco de fuera hacia adentro, ya que es ahí donde se hayan las posibilidades de acción, de transformación. Observando nuestro mundo interior, podemos localizar todas las limitaciones y restricciones que nos hemos auto impuesto. Y podemos afrontar nuestros desafíos, retos, experiencias, relaciones teniendo en cuenta que siempre podemos:
ACEPTAR: Renunciar a cambiar a los demás y trabajar sobre nosotros mismos.
ASUMIR: Renunciar a culpar a los demás, asumiendo nuestras experiencias.
ACTUAR PACÍFICAMENTE: Renunciar a agredir, actuando con serenidad y eficacia.
AGRADECER: Renunciar a sufrir por las dificultades, agradecer lo que aprendemos de ellas.
VALORAR: Renunciar a quejarnos de lo que tenemos, empezar a disfrutarlo.
RESPETAR: Renunciar a criticar a los demás y a interferir  en sus vidas, aceptarlos.
ADAPTARSE: Renunciar a huir del lugar que nos corresponde, adaptarnos a él.


Y en ese observar nuestro mundo interior podemos empezar a practicar el dar y el recibir. Dar es un verbo cuya acción siempre depende de nosotros y todos tenemos la capacidad de ser y mostrar la mejor versión de nosotros mismos. Podemos ofrecer dar a cada persona que se cruza en nuestra vida y  en cada experiencia que nos toque vivir, la cara  más amable que nuestro ser puede mostrar. Y también es muy importante, es abrirnos a recibir lo que venga, lo que la vida traiga para nosotros. La visión corto placista nos lleva a querer recibir sin dar, ya que dar implica esfuerzo, implica exponernos y lo hemos viciado tanto que sólo nos genera frustración. Todos pensamos que damos más de lo que recibimos y de ser así cuánta condición ponemos en ese dar. 
Tenemos que empezar a dar y a recibir sin condiciones. Dar lo mejor de  nosotros mismos y abrirnos a recibir lo que nos llega, sin juzgarlo, sin decir que es poco o que es mucho, ya que es lo que la vida nos quiere entregar. Y esto lo podemos aplicar en  todo, en los negocios, en las relaciones, en los temas de salud, en el dinero…

Para transformar tu vida, tienes que poner en marcha lo mejor de ti mismo.


DISPONTE A DAR PARA RECIBIR

MÚSICA: "The gravel road" James Newton Howard


LOURDES MORALES

Personal, Executive & Team Coach

19 ene 2014

HÁBLANOS DEL AMOR...





"Entonces dijo Almitra: Háblanos del Amor.
Y él alzó la cabeza y miró a la multitud,
y un silenció cayó sobre todos, y con fuerte voz dijo él:

Cuando el amor os llame, seguidle,
aunque sus caminos sean duros y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, ceded a él,
aunque la espada oculta en su plumaje pueda heriros.

Y cuando os hable, creed en él,
aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños como
el viento del norte asola vuestros jardines.

Porque así como el amor os corona, debe crucificaros.
Así como os agranda, también os poda.
Así como se eleva hasta vuestras copas y acaricia
vuestras más frágiles ramas que tiemblan al sol, también
penetrará hasta vuestras raíces y las sacudirá de su arraigo a la tierra.

Como gavillas de trigo, se os lleva.
Os apalea para desnudaros.
Os trilla para libraros de vuestra paja.
Os muele hasta dejaros blancos.
Os amasa hasta que seáis ágiles,
y luego os entrega a su fuego sagrado, y os transforma
en pan sagrado para el festín de Dios.

Todas estas cosas hará el amor por vosotros para que
podáis conocer los secretos de vuestro corazón, y con
este conocimiento os convirtáis en un fragmento del corazón de la Vida.

Pero si en vuestro temor sólo buscáis la paz del amor y el placer del amor,
Entonces más vale que cubráis vuestra desnudez y
salgáis de la era del amor,
para que entréis en el mundo sin estaciones,
donde reiréis, pero no todas vuestras risas,
y lloraréis, pero no todas vuestras lágrimas.

El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee, y no quiere ser poseído.
Porque al amor le basta con el amor.

Cuando améis no debéis decir "Dios está en mi corazón",
sino más bien "estoy en el corazón de Dios".

Y no penséis que podéis dirigir el curso del amor,
porque el amor, si os halla dignos,
dirigirá él vuestros corazones.

El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su plenitud.
Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean estos:

De diluiros en el amor y ser como un arroyo que
canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del amor.
De sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar
gracias por otra jornada de amor;
De descansar al mediodía y
meditar sobre el éxtasis del amor;

De volver a casa al crepúsculo con gratitud,
Y luego dormirse con una plegaria en el corazón para
el bien amado, y con un canto de alabanza en los labios.

 "El Profeta" Khalil Gibran.
 


MÚSICA: Pavana para una infanta difunta. M. RAVEL
http://www.youtube.com/watch?v=oFQo2qHCbLs



LOURDES MORALES
Personal, Executive & Team Coach

12 ene 2014

EL CORAZÓN TIENE RAZONES QUE LA RAZÓN DESCONOCE.


Cuando una persona tiene una actitud reactiva, está en la queja constante, no se hace responsable de sus elecciones, se justifica a si mismo basándose en cosas que “ocurrieron” (no se siente involucrado), estamos ante una persona que se siente víctima. Esta actitud inmadura,  lleva a afrontar como inmodificables las situaciones desafiantes del presente y posterga hacia el futuro las soluciones que creen traerá el discurrir del tiempo o cambios en los demás. Es decir, que al no ser parte del problema, difícilmente es parte de la solución. Es una posición muy cómoda y poco comprometida.


Hay dos formas diferentes para salir de la actitud de víctima:



1.- Pensar que lo que ocurre no determina mi vida, sino que tengo la posibilidad de tomar conciencia de lo que está ocurriendo y de observar diferentes opciones de respuesta y elegir midiendo las consecuencias, es decir, haciéndonos responsable de esa respuesta.

2.- Pensar que es el alma la que nos dirige en cada momento de la vida, y escoge para cada uno de nosotros las situaciones, las circunstancias y las personas que vamos a encontrar para el desarrollo de nuestro proceso evolutivo. Esto implicaría no tomarnos las situaciones difíciles, retadoras y desafiantes como algo casual, como “un castigo de la vida”, sino como lecciones que llegan a nuestras vidas para que podamos aprender y encontrar los recursos en nuestro interior y afrontar esas dificultades.


Los hechos que ocurren son neutros, es nuestra interpretación de los mismos lo que hace que, tal hecho, tenga un impacto negativo o positivo en nuestra forma de vivir la vida. Las reacciones negativas no vienen del exterior, sino de nuestro interior y aquí importa mucho cual es nuestro sistema de creencias ya que ellas a lo largo de nuestra vida han hecho que construyamos un sistema de defensa para evitar el sufrimiento. Este sistema de defensa es lo que llamamos ego.  Pero llega un momento en que este sistema de defensa nos ahoga y deseamos liberarnos de él.


 El ser humano está hecho de múltiples personalidades y cada una de ellas quiere una cosa. Estos pequeños “yoes” son contradictorios y están librando una batalla encarnizada en nuestro interior. Cuando una persona hace un trabajo de auto-conocimiento y sanación interior, estos “yoes” se van calmando y se van armonizando unos con otros y podemos empezar a sentir nuestra esencia más profunda. El ego debería ser un instrumento al servicio de esta esencia y no al contrario.

Este trabajo requiere mucha observación, requiere convertirnos en testigos de los mecanismos de nuestra personalidad, de nuestros pensamientos, de nuestras emociones y de las reacciones de nuestro cuerpo físico.


Cuando una persona da el gran paso de trabajar en acercarse más a su esencia profunda, implicará de irá dando saltos de conciencia que le permitirán ser una persona más auténtica, aceptarse y amarse a si mismo y esto mismo ocurrirá hacia el exterior, hacia los demás y hacia la vida y sus situaciones desafiantes.
Hay dos tipos de conciencia:
  • La conciencia inferior. Es la habitual y es muy limitada. El resultado de esta es el mundo que tenemos hoy.
  • La conciencia superior. Si utilizamos el cerebro del corazón, entonces tenemos al ser humano en todo su esplendor. Cuando el cerebro de nuestro corazón funciona, nuestro cuerpo y mente estarán saludables. Por el contrario, cuando funcionamos sólo con el cerebro de la cabeza hay circuitos neuronales que responden a las emociones negativas, a los pensamientos limitados que nos llevan al conflicto a nivel físico, emocional  y mental.

Cuando el corazón decide y la mente obedece tenemos una vida en plenitud.




Cuando estamos en contacto con nuestra esencia y sentimos su intención y nos alineamos bien con ella, nuestro alma actúa como una varita mágica. Y esto explica las coincidencias en la nuestras vidas, las sincronicidades.
Mira hacia atrás en tu vida y piensa en los momentos más importantes que has vivido, ¿fueron fruto de tu hacer o de la sincronicidad?
Tal vez te sorprenda entender que tú no hiciste nada y que todo ocurrió, saber esto debería relajarnos y animarnos a soltar el control y buscar más el sintonizar con la intención de nuestros corazones.



                                                    LOURDES MORALES

Personal, Executive & Team Coach
LOURDES.COACHPERSONAL@LIVE.COM