28 may 2012

LA GENTE QUE ME GUSTA


El post lo quiero dedicar en forma de homenaje a mi familia, a mis amigos y a mis clientes de coaching y meditaciones ... ¡me gustáis!


LA GENTE QUE ME GUSTA

De Mario Benedetti
Me gusta la gente que vibra,que no hay que empujarla,
que no hay que decirle que haga las cosas,sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.

Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones,la gente que no deja las soluciones al azar.

Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma,
pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.

Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables a las decisiones de un jefe.

Me gusta la gente de criterio, la que no traga entero,
la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.

Me gusta la gente que, al aceptar sus errores,
se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, a éstos les llamo mis amigos.

Me gusta la gente fiel y persistente,
que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Con gente como ésa, me comprometo a lo que sea,
ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.




LOURDES MORALES
Co-Active Coach
Desarrollo Personal, Profesional y de Equipos

20 may 2012

ACEPTANDO MI RESPONSABILIDAD.


Tienes una gran responsabilidad contigo mismo, y  es una responsabilidad que tienes que aprender a recordar en todo momento.
Al principio, la lección tal vez parezca difícil,  pero aprenderás a amarla cuando te des cuenta de que es verdad y de que no es más que un tributo a tu poder.”

Parece que todo lo que ocurre en el mundo, en nuestras vidas, ocurre a pesar nuestro. Siempre buscamos fuera a los responsables del desastre.  Mientras exista “otro” ahí afuera del que pensemos que depende la corrección de la situación, el impacto que vamos a tener en la resolución es insignificante ya que lo estamos generando desde el conflicto. Conflicto y solución nunca se encuentran cuando yo creo ser la solución y el otro, ese que está ahí afuera es el conflicto.

Entonces ¿cuál es el camino? El camino es reconocer que el conflicto y la solución están en mí. Hay algo seguro y es que tengo un 100% para poder actuar desde mí y esto estará ayudando en mi porcentaje proporcional de responsabilidad en la solución al conflicto.

Y ¿cómo hacemos esto? Mirando el conflicto desde una nueva perspectiva que nos muestre una visión nueva del hecho, esto va provocar que surjan nuevas soluciones. Si yo me empecino y me mantengo en lo que creo que es mi razón, no avanzaré y el conflicto se enquistará. En cuanto tengo una nueva perspectiva desde donde mirar el hecho, veo surgir una nueva apariencia en el escenario y puedo asumir mi parte de responsabilidad y trabajar en solucionarla, suponiendo que esto es posible o bien sacar aprendizaje para que esto no vuelva a repetirse.

Con esto no quiero decir que cuando actuamos así el episodio en cuestión vaya a tener un final feliz, pero nos queda la satisfacción de saber que hemos puesto conscientemente nuestra mejor voluntad en el acercamiento hacia una solución más ecuánime.

Decía Albert Einstein que “ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en el cual se creo". Por ello cuando surge un conflicto de la naturaleza que sea  no debemos obcecarnos y  quedarnos defendiendo  nuestra razón. Mirar más allá y verlo desde otras  perspectivas posibles, incluía la de ponerse en el lugar del otro y sentir como lo puede estar viviendo.

Si practicamos esto, nos vamos a ir transformando en personas más  flexibles, más humildes y  responsables tanto en nuestras elecciones como en la gestión de conflictos. Estamos constantemente eligiendo y pocas veces nos  hacernos responsables de lo elegido y sus consecuencias. Del mismo modo, cuando nos vemos involucrados en una situación conflictiva, debemos asumir nuestra cuota de participación en el mismo y aportar lo mejor de nosotros para alcanzar una solución.

Con esto evitaríamos situarnos en la  victima, evitaríamos ceder nuestro poder a terceros y cesaríamos de emitir quejas, evitando un desgaste de energía tanto  para el que la emite, como para el que la soporta.

Recuerda, ¿quién si no tú va a hacerse responsable de tus ideas, tus juicios, tus miedos, tus dudas y tus enfados?


LOURDES MORALES
Co-Active Coach, CPCC
Desarrollo Personal, Profesional y de Equipos

14 may 2012

BUSCÁNDOME A MI MISMO ¿POR QUÉ HABRÍA DE SER TAN DIFÍCIL?


"No soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las estrellas ni en los libros; comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave y armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y a sueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más a sí mismos.
La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede.
Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial. Alguno no llega jamás a ser hombre, y sigue siendo rana, ardilla u hormiga. Otro es hombre de medio cuerpo arriba, y el resto, pez. Pero cada uno es un impulso de la Naturaleza hacia el hombre. Podemos comprometernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno."  Herman Hesse.


Emil Sinclair el protagonista de la novela de Herman Hesse (Demian: Historia de la juventud de Emil Sinclair) es un joven que comienza a caminar por la vida entendiéndose frente a sí mismo como un niño, un joven, un hombre que busca.

·     Busca momentos en su vida que le enseñan a APRENDER A VIVIR  y hacerlo con CONVICCIÓN.

·    Busca una verdadera MISIÓN, pero comprende que ésta misión, este sentido no puede ser elegido o determinado por los caprichos propios de una mente tan confusa como nuestra mente humana.

·    Busca asumir finalmente con responsabilidad el más importante de todos sus deberes: BUSCARSE A SÍ MISMO, sino comienza por ahí ¿qué destino tiene? ¿a qué podría él apuntar? El caos de su razón poco le podría ayudar para encontrarlo, tenía que mirar más hondo y más alto al mismo tiempo. Era el espíritu el único que le podría dar la estabilidad y el equilibrio para ver la vida con claridad.

·    Busca una sola CERTEZA, pero una que sea del Alma. Pues ella, solamente ella, sería el motor que le impulse a continuar descubriendo aquello difícil y complicado que le resultaba ese ejercicio al que llaman vivir.

El libro evoca una sensación de grata nostalgia por aquello que no tenemos en las manos, pero que sabemos que alguna vez estuvo en el corazón- una vez más resuena el eco de su pregunta:

“Quería tan solo intentar vivir lo que tendía a brotar espontáneamente de mi…¿Por qué habría de serme tan difícil?”


LOURDES MORALES
Co-Active Coach, CPCC
Desarrollo Personal, Profesional y de Equipos

6 may 2012

"BE WATER MY FRIEND, BE WATER"

“Vacía tu mente, libérate de las formas. Como el agua. Pon agua en una botella y será la botella. Ponla en una tetera y será la tetera. El agua puede fluir o puede golpear. Sé agua, amigo.” BRUCE LEE

Esta es una buena reflexión para iniciar el post sobre el que quiero escribir hoy.

La imagen que asocia el correr de nuestra existencia con la de un río fluyendo, ha sido muy usada por muchos maestros, inclusive Buda, pues es perfecta para demostrar que existe un ritmo en la naturaleza, que es constante, relajado y sin prisa.

Aprender a fluir con el río de la vida de modo tranquilo y confiado es una lección esencial, para quien busca la paz interior. Es sorprendente cuando vivimos experiencias donde nos damos cuenta que la entrega y la confianza son las herramientas más eficaces de las que disponemos para atraer hacia nosotros lo que precisamos.

Tenemos una gran maestra de la que aprender a fluir con la vida y es que basta con observar la naturaleza. Es fácil darse cuenta como el viento no intenta soplar, simplemente sopla, la lluvia no intenta caer, simplemente cae, los ríos no intentan correr, simplemente corren, esa es su naturaleza intrínseca, y ellos se entregan con facilidad y confianza a permitir que su naturaleza se manifieste.

¿Qué  nos sucede a los seres humanos? Nosotros también somos parte de la naturaleza y sin embargo no nos entregamos con facilidad y confianza a permitir que nuestra naturaleza se manifieste. Al final todo ocurre como tiene que ser, cuanto antes nos demos cuenta de ello y fluyamos con lo que nos trae la vida, menos cansancio y sufrimiento sentiremos.

Podemos conectarnos al fluir de la naturaleza, y emplear la energía de manera creativa para hacer realidad nuestras metas. Lograr estos es sencillo, sólo tenemos que tener en cuenta tres particularidades:

1.- ACEPTACIÓN. Aceptar cada momento, cada instante, cada persona, cada situación, cada circunstancia y cada evento tal como ocurran. Aceptar la vida tal como es, no como desearíamos que fuera. Es importante comprender bien este detalle. Podemos desear que las cosas sean diferentes en el futuro, pero en este instante las tenemos que  aceptar tal como son.

2. RESPONSABILIDAD. Al ser capaces de aceptar las cosas tal como son, somos también capaces de asumir responsabilidad por nuestra situación actual, y todos los eventos que se presentan en nuestra vida.
Una vez adoptemos esa actitud, encontraremos oportunidades en cada situación para crear algo nuevo y útil, y veremos a un maestro en cada persona que se cruce en nuestro camino.

3. CONFIAR RELAJADAMENTE. Una vez que aceptamos, incluidos a nosotros mismos y que nos responsabilizamos, sólo queda confiar y relajarse. Al relajarnos y permitirnos disfrutar del momento presente, este instante, aquí y ahora, experimentamos una sensación de libertad jamás antes conocida, que nos hará sentir realmente vivos.

Supongo que al llegar a este tercer punto a muchos de vosotros os parece que esto es una utopía. ¿Qué me relaje?, ¿qué confíe?… Nuestro gran error nos ha llevado a donde estamos hoy, desconectados del fluir de la vida, creemos que tenemos que controlar e intervenir para que la vida ocurra como deseamos. ¡Cuanta arrogancia por nuestra parte!  

Cuando hablo de confiar relajadamente no me refiero a un no hacer, todo lo contrario, hay que manifestarse a través de la acción aunque sin el apego al resultado. Hacer lo que uno cree que tiene que hacer, que le hace sentir bien, que le alinea con sus valore, independientemente de que la acción tenga éxito o no. Esto es lo que se llama tener éxito más allá del éxito.

Oigo de nuevo voces: “¿sin apego a los resultados?, ja, ja eso díselo a mi empresa.” Y os doy la razón, esa es la gran trampa social, económica, cultural que hemos creado, el gran monstruo que nos devora, nos enferma y nos hace infelices. Esta sociedad está mal planteada de base, está creada para obtener resultados que no están alineados con nuestra naturaleza. Parecemos salmones nadando contracorriente y eso hace que nuestro día a día sea agotador. 

 

Esa es la grandeza de la vida humana, como el agua del rio nos deslizamos por aguas en momentos tranquilas y otras turbulentas. No sabemos si el cauce que nos toca navegar es corto o largo, pero qué diferente resulta el viaje si tomamos conciencia de cada instante.

Dejo un texto de Osho donde habla sobre este fluir y confiar en la vida:

El mundo está fluyendo constantemente, él es como un río. Él fluye, pero por detrás de todo fluir, cambio y flujo, debe haber un hilo común que mantiene todo unido. El cambio no es posible sin algo que permanezca absolutamente sin cambiar. El cambio puede existir solamente junto con un elemento inmutable o las cosas se desintegrarían.

La vida es como una guirnalda: no se nota el hilo que corre a través de las flores, pero existe y las une. Si el hilo no estuviese presente, las flores caerían cada una para un lado; habría un amontonamiento de flores y no una guirnalda. Y la existencia no es un amontonamiento, es un patrón muy bien organizado.

Está habiendo cambios, pero algún elemento inmutable mantiene una ley cósmica por detrás de todo. Esa ley cósmica es llamada de sadashiva, el Dios eterno, el Dios atemporal, el Dios inmutable. Y este es el trabajo del meditador: encontrar el hilo.

Existen solamente dos tipos de personas. Uno de ellos es el que se encanta con las flores y se olvida del hilo. Éste tipo vive una vida que no puede tener un valor durable o significativo, porque todo lo que él hace se desvanecerá. Hoy él lo hará, mañana se disolverá. Será como hacer castillos de arena o lanzar barcos de papel. El segundo tipo de personas busca el hilo y devota toda su vida a aquello que siempre subsiste, ese nunca será un perdedor. es una gran aventura más allá del tiempo, del espacio; y ese más allá existe dentro de ti.”


OSHO


LOURDES MORALES
Co-active Coach CPCC
Desarrollo Personal, Profesional y de Equipos